Karen Lugo Cia

Al recorrer los caminos oscilantes del Flamenco, aprendemos que el balance es vital para poder navegar en las intensas mareas de emociones sin perder nuestra identidad ni ahogarnos en la razón.
Los palos del Flamenco nos invitan a ver de cerca estos extravagantes lugares donde convive la tristeza, la cordura, la pasión y el instinto, ahí donde se dice que se puede ver el alma y donde se pierde la línea que divide al individuo del conjunto.